domingo, junio 05, 2005

Cosas que aprendí viendo el Episodio VI

No, no es que no sepa escribir números romanos. Estoy parafraseando la la entrada de Pedro, pero aplicada a El Retorno del Jedi. Más que nada, porque la estuve viendo ayer en televisión, y me dió por pensar lo absolutamente descabellado que es el argumento que la soporta. Y la culpa la tenéis vosotros, tanto sacar punta a las películas, que lo sepáis XD.

Pero vayamos a las cosas que aprendí:

  1. El emperador no parece haber leído a Sun Tzu.


    La cosa es comprensible, ya que sucedió hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana. Pero es que tampoco parece que tenga la menor idea de las más elementales nociones de estrategia, lo que no deja de ser sorprendente en el que se supone un avezado y artero político primero, y después emperador durante 20 años. Porque vamos a ver: al tío se le ocurre la genial idea de preparar una trampa ¿vale? ¿Y en que se basa toda la trampa? Primero, en concentrar a la flota enemiga. Primer error bestial. Ya lo dijo Julio César: divide et impera. Si eres numéricamente superior a tu enemigo, puedes desplegarte más, y hostigarle unidad a unidad. Si permites que se reuna, permitirás por el contrario aprovechar mejor a sus unidades y a su vez suplir sus carencias. ¡Joder, que eso lo sabe cualquiera que haya jugado más de 30 minutos al Age of Empires! [1]


    Además, a su vez te obliga a concentrarte a tí, o ya no existirá tal superioridad. Sólo que, como ya demostraron Alejandro Magno, César y otros, el mero número en bruto no sirve para nada, porque excediendo de cierta capacidad, lo único que consigue un ejército es impedirse maniobrar a si mismo y actuar con efectividad.


    Otra regla que le hubiera valido de mucho al Emperador es el siguiente precepto de El Arte de la Guerra "Si los enemigos, desesperados, vienen para vencer o morir evita encontrarse con ellos. A un enemigo cercado debes dejarle una vía de salida. Si carecen de todo debes prever su desesperación. No te encarnices con un enemigo acorralado". Lógicamente, este principio de 'morir matando' es el que elige el almirante rebelde, y vemos que al menos un superdestructor cae. No podemos especular con el resto, pero desde luego, puestos a vender cara su piel, seguro que la flota imperial no se hubiera ido de rositas [2].


    Tampoco es cierto el principio anterior, porque, tal como llegaron, se podían haber ido. De hecho, no había cerco posible, ya que a "velocidad hiperespacial", en un parasegundo, se presentan al otro lado de la Galaxia, dejando al Emperador con un palmo de narices con su trampa. De hecho, hubiera sido lo lógico viendo la situación (pero de eso hablo después).


    Nadie le ha explicado tampoco a este caudillo militar que, si tienes una debilidad y tu enemigo la conoce, no permitas que la explote. Vaaale, envió a "una legión de sus mejores hombres" (sic) [3]. Pero, ¿alguien le habló de planes de contingencia? Luke le dice algo así que en su engreimiento está su perdición, y con toda razón. ¿Es que no tiene previsto que algo puede salir mal? Que los ocupantes de la lanzadera les puede dar simplemente por caer en picado contra la antena emisora[4], y ¡adios blindaje protector!


    (No voy a hablar de la batalla de los Ewoks, porque eso es muy fácilon, y sería hacer sangre...)


    También, alguien le podía explicar al egregio cabeza del estado metido a general de salón, la inutilidad de intentar utilizar dos veces la misma táctica, sobre todo si la primera te salió el tiro por la culata. Me refiero a esa supuesta maravilla de la tecnología militar que es la Estrella de la Muerte. Obviando el evidente cabreo del ministro de finanzas [5], se empeña en construir una réplica de un auténtico trasto inútil [6] del que además debería haber quedado escarmentado tras su desastroso papel en el episodio IV.

    No sólo es un auténtico agujero negro de las finanzas, sino un gasto de recursos para un ejército que lo que necesita es sobre todo movilidad. Hay que ser flexible como un junco, atacar cuando nadie te espera y donde nadie creía que pudieras estar, ... el número de veces que insiste el general chino en este principio es incontable. Pero muestro insigne estratega imperial (o imperioso) debe sufrir de cataratas, entre otras cosas, porque es incapaz de darse cuenta que si dedicara toda esa tarea en construir flotas de cruceros y cazas, los rebeldes iban a vérselas muy mal. En cambio, se dedica a pasear un mamotreto por toda la galaxia que, por muy potente que sea, ¡sólo puede estar en un sitio cada vez! Claro que puede dedicarse a destruir planetas, aunque no sé qué demonios piensa conseguir salvo quedarse sin imperio al que gobernar. Y siempre los rebeldes estarán en otros cien puntos, mofándose de él. Vaya panorama.


    Vamos a decir en favor suyo que, al menos esta vez, ha comprendido que la única manera en que conseguirá que sus hombres no salgan por patas de la EM en cuanto vean a un caza enemigo, es estar personalmente en la estación. Hay que transmitir seguridad a los subordinados. Pero quitando eso, pocas dotes de mando se pueden intuir. Ni consigue galvanizar a sus hombres con un ataque, ni concentrarlos con una defensa. Simplemente, los deja ahí, esperando a que con la mera superioridad armamentística la victoria está hecha. Si los chicos del imperio no reciben una paliza épica es por exigencias del guión (no iba a quedar muy bien eso de "mira como es destruida tu alianza rebelde" mientras los cruceros imperiales caen como moscas, más que nada porque a Mike Hammil le hubiera dado la risa tonta).

  2. Los rebeldes tampoco son precisamente unos genios de la estrategia...

    "Atacar directamente a un enemigo poderoso y unido es una invitación al desastre. Hay que emplear una confrontación indirecta: concentrar fuerzas para golpear en el punto más débil del enemigo" (Sun Tzu)


    Si lo del Emperador tiene delito, ¿qué puedo decir de los rebeldes? Es difícil ser más incompetente (pero lógico, o si no el Emperador no hubiera logrado ser Emperador). Para empezar, tienen la capacidad para atacar en cualquier punto del Imperio al instante. ¿Y qué hacen cuando reunen toda su flota? ¿Averiguar donde está el enemigo y atacar las unidades aisladas, o los puestos con escasos efectivos? Noooo, vamos a jugárnoslo todo en un ataque suicida, merced a una información poco fidedigna.


    Vaale, aceptemos que lo suyo no es la prudencia, ni la guerra estratégica. Pero vamos a ver, llegan allí, comprueban que el plan no ha funcionado, comprueban que allí está concentrada gran parte de la flota enemiga, que la unidad principal enemiga está operativa... ¿y que hacen? ¿Marcharse cagando leches por el hiperespacio a aprovecharse y bombardear todo las guarniciones desprotegidas por media galaxia? Noooo, hay que quedarse allí y permitir exterminar toda la flota, por si acaso el plan funciona.

    Pero es que el plan se basa en enviar a 20 o 30 comandos a sabotear una instalación crítica en el planeta. ¿A nadie se le ocurrió enviar apoyos? ¿Enterarse de la situación? Y si hace falta, para asegurarse el éxito de tan crítica misión, asegurarse de su exito lanzando, si hace falta, la lanzadera cargada de explosivos contra la puñetera paellera? [7]

  3. El que aparentemente seas un peluche inofensivo con armas de la edad de piedra, no significa que en realidad sea así [8]

    Y si no, no hay más que fijarse en los Ewoks, unos osos de peluche armados con palos y piedras, pero que son capaces de construir catapultas y todo tipo de trampas de grandes dimensiones en cuestión de horas. Lo que significa que a) utilizan sofisticadas herramientas que no nos han enseñado, capaces de cortar troncos milenarios y tranportarlos con una facilidad pasmosa o b) en realidad ya las tenían preparadas de antes, lo que le lleva a uno a cuestionarse sobre la dieta exacta de estos plantígrados tamaño mini [9].


Seguro que hay muchas más lecciones que aprender, pero por hoy ya vale. :^)

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[1] De lo que se se puede deducir, ademas, una segunda enseñanza: que los videojuegos no existen en esa galaxia tan lejana, lo que uno le lleva a preguntarse entonces que demonios hacen toda esa manada de techies que tiene el imperio, cuando no trabajan en La Estrella de la Muerte o algún otro artefacto militar similar...

[2] aparte que los rebeldes si demuestran entender que concentrar el fuego sobre un enemigo tiene sus ventajas.

[3] Alguien debería explicarle a Lucas que una legión son unos 5000 combatientes, más oficialidad, intendencia, asistentes, etc.

[4] y dejarse de mariconadas.

[5] Por muy emperador de la galaxia que seas, hay ciertas constantes universales que no cambian.

[6] entre otras cosas, porque tiene más agujeros que un queso de gruyère.

[7] y dejarse de mariconadas, otra vez.

[8] Llamado también Principio de Yoda o del cabrón bastardo fingidor.

[9] Como todo el mundo sabe, la principal preocupación de una tribu de la edad de piedra es comer [10]

[10] La segunda es no ser comido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra metedura de pata del Emperador. Dice que ha dejado que la información pase a los rebeldes para que ataquen la estación. Bien, poner un señuelo para atraer las tropas enemigas puede ser razonable. ¡pero no pongas la verdadera estación del blindaje energético ahí!!!!!!!!